Cuando no nos sintamos bien haciendo el bien, no lo hagamos, otros lo harán. No somo los único buenos, salvadores e insustituibles. Hacer el bien de mala forma es mejor no hacerlo.
Cuando dejamos de hacer algo nos retiramos un poco y, asi, tenemos oportunidad de cuestionarnos evaluarnos. Pero, cuando hacemos el bien de mala gana, encubrimos nuestra conciencia y nos consideramos buenos. Por tanto, es mejor reflexionar y asumir nuestra propia actitud sin forzar o aparentar una de comprensión, bondad y ayuda, que nos hace sentir victima y nos hace sentir victimas y exigir reconocimiento.
Cunado hacemos el bien buscando una recompensa, para que nos vean y valoren y esto no sucede, caemos en depresión.
Señor, ven en nuestro auxilio, solo tu puedes salvarnos.
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