Mayormente somos nosotros mismo quienes creamos nuestras ansiedades y depresiones por la manera en que nos juzgamos aceptamos. Como seres humanos somos maravillosos tenemos una capacidad admirable de transformar las cosas. La misma realidad que hoy nos amedrentas y nos hace sufrir puede, de un momento a otro, transformarse. Quien manda en nosotros es nuestra fuerza interior.
Dice un proverbio: Dos hombres miraban a través de las rejas de una prisión. Uno veía el oxido, el otro las estrellas ‘” las rejas eran las mismas, las estrellas y el oxido también, pero la diferencia la hacia la fuerza interior de cada uno.
El oxido de hoy puede mañana transformarse en la estrella, si esta brilla dentro de nosotros.
En la oración, en el encuentro con nuestro padre, tendremos oportunidad de reflexionar sobre nuestra realidad, rencores agradecer y amar nuestro trabajo, nuestra familia y, así, levantar nuestro humor.
Si ya nos esta interesando nuestra realidad interior, es porque la liberación esta golpeando a nuestra puerta
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